lunes, 18 de enero de 2016

Composite de cáscara de almendra

Dentro de los variados aprovechamientos del árbol del almendro, uno de los más innovadores es el de la utilización de la cáscara de sus almendras como componente de diferentes materiales de construcción. 
Un ejemplo es el Duralmond,  material composite que se obtiene al mezclar resinas sintéticas y naturales, cáscara de almendra triturada y otros aditivos.
La cáscara de almendra contiene lignina y celulosa, componentes básicos de la madera. Esto hace que los objetos fabricados con Duralmond tengan un comportamiento y unas propiedades similares a la madera, pero fabricados con tecnología y sistemas de moldeo provenientes del entorno del plástico y sin los inconvenientes de la madera como lo son  la acción de termitas, carcomas y hongos de pudrición.
Tras un proceso de polimerizaciòn y sometiendo la pasta a determinadas condiciones de presión y temperatura dentro de un molde, ésta se transforma en objetos rígidos y terminados, adoptando del molde formas y texturas que dan lugar a originales plafones decorativos.

Paneles fabricados con Duralmond

De esta manera se convierte un residuo vegetal como la cáscara de almendra, en una serie de objetos biodegradables y reciclables, fabricados con una gran precisión, de densidad y resistencia variable, dando lugar a un perfecto aislante tanto térmico como acústico que permite reducir el ruido, el eco y la reverberación.


Al tratarse de un material biodegradable y reciclable, se puede considerar como ecológico, ya que, además, al ser un sustituto de la madera evita la tala de arboles. Por otra parte, resiste la acción de casi todos los productos de limpieza que se usan en el hogar, y por supuesto el agua.
Uno de los campos en el que más se está utilizando  este material es en el de la fabricación de celosías y paneles  en diferentes proyectos arquitectónicos tanto interiores como exteriores, siendo prácticamente inalterable a la acción del sol y totalmente impermeable al agua.



Aperitivos de hojaldre con almendras

Este tipo de hojaldres variados son fáciles de preparar y deliciosos para ofrecer en una fiesta de cumpleaños, presentar en cualquier celebración familiar o simplemente compartir con los seres queridos.

Ingredientes
2  laminas de hojaldre congelado de 250 g
1 huevo
50 g de almendra ecológica cruda

Para el relleno de paté de atún:
150  g de atún o bonito fresco
1 chorrito de brandy o coñac
1 hoja de laurel 
100 g de salsa de tomate

Para el relleno  de paté de aceitunas
100 g de olivas negras de Aragón  
1 diente de ajo 
1/2 cucharadita de orégano 
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra

Elaboración
Paté de atún: sofreír en una sartén con un poco de aceite el atún desmenuzado con la sal y la hoja de laurel. Cuando ya esté (menos de 5 minutos), regarlo con el chorrito de brandy y dejar que reduzca. Fuera de la sartén, quitar la hoja de laurel y mezclar con la salsa de tomate y batir hasta lograr la textura deseada.
Para el paté de aceitunas: deshuesar las olivas y después mezclar y batir con el resto de los ingredientes hasta que adquiera una texturada más bien espesa.
Extender en una mesa previamente enharinada las dos laminas de hojaldre y depositar sobre cada una de ellas los dos patés con la ayuda de una espátula. Formar una tiras largas de unos 8 cm y cortar del tamaño deseado con la ayuda de un cuchillo. Mientras precalentar el horno a 180ªC y a continuación decorar con dos o tres almendras cada aperitivo y untar con el huevo batido. Depositar sobre la bandeja de horno forrada con papel encerado e introducirlos unos 15 minutos. Dejar enfriar un poco para que se desprendan bien del papel. Templados están exquisitos .

martes, 5 de enero de 2016

Roscón de Reyes con relleno de crema de almendra

Esta tarde os propongo meteros en la cocina con los niños para elaborar  este postre cuyo origen nada tiene que ver con la llegada de los Reyes Magos a Belén, sino que parece estar relacionado con las saturnales romanas, fiestas dedicadas al dios Saturno en las que el pueblo romano celebraba los días más largos que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. Para estos festejos se elaboraban unas tortas redondas elaboradas con frutos secos y miel, que se repartían por igual plebeyos y esclavos, por lo que podría considerarse el primer dulce democrático de la historia. 
El roscón de Reyes que os presento a continuación lo he rellenado con la crema de almendra característica de la famosa Galette des Rois francesa que celebra la Epifanía y que tradicionalmente se consume durante los primeros días del año en el norte de Francia y en Bélgica.
Para adornarlo he utilizado fresas en vez de las tradicionales frutas escarchadas que no a todos nos gustan...

Ingredientes 
400 g de harina, 70 g de mantequilla
100 g de azúcar, 2 huevos
10 ml de ron, 100 ml de agua templada
30 ml de leche l pellizco de sal
20 g de levadura fresca, 5  ml  de agua de azahar
25 g de almendras ecológicas fileteadas
Fresas para decorar
azúcar granulado

Para el relleno 
150 g de almendra molida
100 g de azúcar
1 chorrito de ron
2 yemas de huevo


Elaboración 
En un bol grande poner 350 g de harina y hacer  un hueco en el centro y en él, añadir el azúcar, la levadura disuelta en el agua templada, el ron, la leche, el agua de azahar y la mantequilla. Mezclar ligeramente y añadir uno de los huevos y la sal y amasar. 
Una vez integrados todos los ingredientes, poner la masa sobre una superficie enharinada y seguir amasando hasta que la masa quede elástica y no se pegue a la superficie.
A continuación formar una bola con la masa y hacer un agujero en el centro. Con cuidado, ir estirando y agrandando dando forma de roscón. 
Colocar sobre una bandeja de horno, en un lugar cálido al  menos una hora. 
Precalentar el horno a 200ºC y mientras pintar el roscón con el otro huevo batido y decorar con las fresas, las  almendras fileteadas y el azúcar granulado.¡No olvidar la sorpresa!.
Por último, hornear durante  15 minutos a 200º  hasta que la superficie esté dorada. Dejar enfriar ligeramente antes de rellenarlo con la crema de almendra que resulta de la mezcla de la mantequilla, el azúcar, la almendra molida, las yemas y el ron batidos. 
Acompañado de un buen tazón de chocolate es la cena ideal antes de soñar con lo que los Reyes nos dejaran en la mágica noche.