miércoles, 15 de enero de 2025

Financieros de almendra

 

  • Ingredientes
50 g de harina de almendra ecológica 
50 g de harina de trigo
100 g de mantequilla ligeramente tostada  
200 g de azúcar moreno  
4 claras de huevo
5 g de levadura química 
1 pellizco de sal  
30g g de almendra en grano 


Elaboración 

Encender el horno a 180º y mientras se calienta, untar con un poco de mantequilla los moldes. Tamizar las dos harinas sobre un bol grande, añadir el  azúcar y el pellizco de sal. Aparte batir a punto de nieve muy firme las claras de huevo e incorporarlas al bol y finalmente agregar la mantequilla mezclando muy bien para unificar la masa. Rellenar los moldes y cubrir con la almendra granulada. Hornear durante quince o veinte minutos, solo  por abajo la mitad del tiempo y también por arriba el resto del tiempo, de este modo se evita que se tueste en exceso la almendra granulada.

Nota: El origen de esta receta se atribuye a las monjas Visitandinas, ubicadas en la región francesa de Lorena en el siglo XVII, pero es a finales del siglo XIX  cuando el pastelero parisino Lasden les da la nueva forma de pequeños lingotes en un claro guiño a los financieros que frecuentaban la pastelería situada muy cerca de la Bolsa de Paris.
De modo que lo que las monjas idearon como un bizcocho fácil de preparar e ideal  para ser conservado en el convento se acabo transformando en un producto gourmet para satisfacer a los ocupadísimos hombres de negocios tan necesitados de un dulce rápido y exquisito que no ensuciara... 

jueves, 9 de enero de 2025

Pastel ruso-aragonés de almendras

Ingredientes para el bizcocho de merengue 

 200 g de almendras molidas

150 g de avellanas 

150 g de azúcar molido

 4 claras de huevo

1 cucharadita de vinagre de vino blanco

almendras fileteadas tostadas y azúcar gras para adornar


Ingredientes para el praliné  

 150 g de azúcar

125 g de mantequilla a temperatura ambiente

20 g de almendras crudas peladas 

4 yemas de huevo

150 ml de leche 

1 cucharadita de harina de maíz

Elaboración 

Mezclar las almendras y las avellanas molidas con el azúcar glas y la cucharadita de vinagre. Aparte, montar las claras  a punto de nieve y añadir a la mezcla anterior. Extenderla  sobre un molde forrado de papel vegetal. Hornear a 160ºC durante unos quince minutos. Dejar enfriar y cortar en dos bases  Para el praliné poner en un cazo al fuego la mitad del azúcar con una cucharada de agua  hasta obtener un punto de caramelo, añadir las  almendras y volcar la mezcla sobre una lamina de papel de aluminio engrasada  y una vez fría, triturar hasta obtener una textura de harina. Reservar. En un bol batir las yemas con el resto del azúcar. Diluir  la harina de maíz en tres cucharadas  de leche y añadir al batido de yemas. Calentar el resto de la leche y agregar a la preparación anterior. Cocer al baño María sin dejar de remover hasta que la crema espese. Dejar enfriar. 

Batir la mantequilla en un cuenco con unas varillas manuales. y añadir  el praliné y la crema a la mantequilla y mezclar hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados. Sobre la bandeja donde se vaya  a presentar. se coloca una de las dos porciones de la masa horneada y se unta  la crema de praliné muy bien extendida y alisada  y por ultimo se añade el otro cuadrado encima. Para adornarla se cubre la superficie con las almendras fileteadas previamente tostadas y con azúcar glas.

Nota: Aunque son muchos los que se atribuyen su propiedad intelectual, parece que el origen  de este  pastel estaría  en la iniciativa de Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, que, ante la recepción en honor del zar con motivo de la visita de este a la Exposición Universal de París de 1855, habría pedido a su cocinero que elaborara un dulce sorprendente para agasajar a su invitado. El postre fue tan alabado por los comensales rusos  que incluso se llevaron la receta y de ahí vendría el nombre de pastel ruso. Posteriormente, en la década de los 70 del pasado siglo, el pastelero oscense Eduardo  Ascaso, interesado  por conocer todos los vericuetos de la pastelería internacional en  sus constantes viajes, elaboró el primer pastel ruso de  marca española, un postre en el que sin duda confluyen la tradición pastelera aragonesa y la  incuestionable influencia francesa.