200 g de almendra ecológica molida
150 g de avellanas
150 g de azúcar molido
4 claras de huevo
1 cucharadita de vinagre de vino blanco
Almendras fileteadas tostadas y azúcar gras para adornar
Ingredientes para el praliné
150 g de azúcar,125 g de mantequilla
20 g de almendra ecológica cruda
4 yemas de huevo
150 ml de leche
1 cucharadita de harina de maíz
Elaboración
Mezclar las almendras y las avellanas molidas con el azúcar glas y la cucharadita de vinagre. Aparte, montar las claras a punto de nieve y añadir a la mezcla anterior. Extenderla sobre un molde forrado de papel vegetal. Hornear a 160ºC durante unos quince minutos. Dejar enfriar y cortar en dos bases Para el praliné poner en un cazo al fuego la mitad del azúcar con una cucharada de agua hasta obtener un punto de caramelo, añadir las almendras y volcar la mezcla sobre una lamina de papel de aluminio engrasada y una vez fría, triturar hasta obtener una textura de harina. Reservar. En un bol batir las yemas con el resto del azúcar. Diluir la harina de maíz en tres cucharadas de leche y añadir al batido de yemas. Calentar el resto de la leche y agregar a la preparación anterior. Cocer al baño María sin dejar de remover hasta que la crema espese. Dejar enfriar. Batir la mantequilla en un cuenco con unas varillas manuales. y añadir el praliné y la crema a la mantequilla y mezclar hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados. Sobre la bandeja donde se vaya a presentar. se coloca una de las dos porciones de la masa horneada y se unta la crema de praliné muy bien extendida y alisada. Por ultimo se añade el otro cuadrado encima. Para adornarla se cubre la superficie con azúcar glas y las almendras fileteadas previamente tostadas.
Nota: Este delicioso pastel es considerado uno de los postres aragoneses más famosos y, aunque algunos historiadores ponen en duda el origen de su nombre, la pastelería oscense Ascaso que lo elabora desde 1974, asegura que fueron los cocineros de Eugenia de Montijo los que, durante la Exposición Universal de París, en 1855 lo presentaron en el banquete que se ofreció a Alejandro II, Zar de Rusia. El postre brindado por la esposa de Napoleón III cautivó el paladar del Zar y se popularizo en el país galo.
Tras dedicarle mucho tiempo de investigación, Vicente Ascaso introdujo este dulce, fruto de sus viajes por el sur de Francia, dados los intercambios sociales y culturales que Huesca ha tenido siempre con el país vecino. Su receta magistral ha logrado la obtención del sello C’Alial de Calidad Alimentaria otorgada por el Gobierno de Aragón.